Escudriñad las Escrituras: El Marido y La Esposa

I. El Marido

I. El marido es la cabeza de la familia. Efes. 5:22-29; 1 Cor. 11:3.

A. La palabra “cabeza” significa “autoridad”.

1. El marido es el director, el superintendente de la familia.
2. Esto significa que él tiene la responsabilidad de dirigir sabiamente los asuntos de su familia.

B. El marido debe ver por su familia en todo sentido: física, espiritual, emocional y socialmente. Es la familia de él y, por eso, tiene que ver por ella.
C. El marido es el proveedor, él “provee para los suyos”, 1 Tim. 5:8. Si no lo hace, “ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”.

1. Debe proveer alimento, abrigo, educación, dirección en asuntos del recreo y actividad social, y sobre todo la dirección espiritual.
2. Debe proveer la protección. Es el protector de su familia. Debe proveer no solamente la protección física, sino también la espiritual.

D. El marido debe encargarse de la disciplina de sus hijos. Efes. 6:4. El marido que deja en manos de su esposa la disciplina de sus hijos desagrada a Dios.

II. La palabra “cabeza” no significa “dictador”.

A. No tiene nada que ver con el despotismo. Debe ser el director de la familia, porque Dios le da la autoridad para hacerlo, pero no debe actuar como un dictador. El marido fiel considera a su esposa y a sus hijos. Debe ser un director razonable.
B. 1 Ped. 3:7, “maridos … vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida”.
C. El marido debe escuchar a su esposa, aprender y tomar en cuenta los deseos y las opiniones de ella.

1. La mujer comparte la dirección de la familia. 1 Tim. 5:14, “gobiernen su casa”; Tito 2:5 “cuidadosas de su casa”.
2. La mujer no es esclava, sino compañera del hombre.

III. Cristo es el modelo para el marido.

A. Efes. 5:23 “el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia”. Cristo es la cabeza; por lo tanto, El manda y dirige, pero lo hace con amor y paciencia. Cristo es el ejemplo para el marido.
B. Efes. 5:25, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. El marido, como cabeza, debe amar a su esposa con un amor sacrificial, sin nada de egoísmo.

1. 1 Cor. 13:4-7 nos da un buen análisis del amor.
2. El amor debe ser expresado tanto con palabras como con la conducta (con los hechos). Debe ser expresado mostrando toda consideración con ternura.
3. El marido debe ser humilde, dispuesto a confesar faltas, y no solamente buscar faltas en su esposa e hijos.
4. Este amor se expresa afectuosamente, y también en la simpatía, en el apoyo, en el consuelo, y en la comprensión. A veces el marido dirá desesperadamente, “No la comprendo”. Es cierto, muchas veces el marido simplemente no comprende a su esposa. La mujer es muy distinta al hombre, no solamente en sentido físico, sino también en su forma de pensar, y sobre todo emocionalmente. Por tanto, “vivid conellas sabiamente” (1 Ped. 3:7).

IV. El marido debe amar a su esposa como se ama a sí mismo.

A. Efes. 5:28, “los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”.
B. Efes. 5:29, “Porque nadie aborreció jamás a su propia carne”.
C. El marido y la esposa son una sola carne. Si el marido aborrece a su esposa, se aborrece a sí mismo. Si el marido destruye la felicidad de su esposa, destruye su propia felicidad.
D. Si todo marido aprendiera esta verdad, se evitarían grandes problemas. Cuando el marido es egoísta y gasta su dinero y tiempo buscando placeres para sí mismo y descuida a su esposa, está obrando en contra de sí mismo. La felicidad de los dos es una sola felicidad; son una carne.
E. Prov. 31:28, “su marido la alaba”. Al honrar a su esposa se honra a sí mismo, y si la critica y se queja de ella, se queja de su propia carne, se queja de sí mismo. Los dos ya son inseparables.
F. Col. 3:19, “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. La crueldad en la familia es intolerable. Está relacionada con el ascetismo, y aun con el suicidio. Si el marido es cruel con su esposa, es cruel consigo mismo también. Es una forma de autodestrucción.

1. El machismo indica un complejo de inferioridad, una inmadurez casi incalculable, y sobre todo una profunda ignorancia y falta de cultura.
2. Muchos maridos son crueles (“ásperos”) con sus esposas, porque se sienten frustrados en su trabajo y quieren golpear a alguien, pero no se atreven a golpear al verdadero objeto de su enojo (por ejemplo, el patrón o los clientes). Por lo tanto, la esposa e hijos llegan a ser víctimas de su enojo. Esto es injusticia y crueldad.

G. Mat. 7:12, “la regla de oro” cabe muy bien aquí.

1. A veces la esposa necesita de la ayuda del marido en el trabajo de la casa (mayormente cuando ella esté enferma).
2. El marido y los hijos deben recordar que la casa, la cocina, los pisos, y todo lo que haya en la casa (ropa, muebles, cortinas) es de ellos, y que el cuidado de la casa y su contenido es el deber de toda la familia. Deben decir, “esto es mío también; es mi responsabilidad”. Cada miembro de la familia debe decir, “Puedo y debo ayudar a cuidar lo que pertenece a nosotros”. El machismo que caracteriza a muchos maridos es carnalidad.

V. 1 Corintios 7:3, “el marido cumpla con la mujer el deber conyugal”.

A. Pablo se refiere al acto conyugal o matrimonial (vers. 2-5). Este mandamiento no solamente requiere que el acto se realice, sino que los dos, tanto la esposa como el marido, reciba plena satisfacción dentro de su matrimonio, y que no la busque con otra persona.
B. Esto requiere el amor genuino, la ternura y la consideración mutua. Para evitar la fornicación y otros problemas, se requiere no solamente el matrimonio, sino también la relación correcta dentro del matrimonio.
C. Este acto que debe unir íntimamente a los cónyuges a veces es la ocasión de distanciamiento, debido al egoísmo del marido (o de la esposa). Si el marido piensa solamente en su propia satisfacción, él desobedece este mandamiento de cumplir con la mujer el deber conyugal. Si la esposa no se satisface sexualmente en su matrimonio debido a la falta de consideración de su marido, éste desobedece la enseñanza de Pablo.
D. Se habla mucho de las mujeres que quieren posponer o evitar el sexo con sus maridos por tener “dolor de cabeza” o por estar muy cansadas, etc. Es muy posible que una causa de este problema es que tengan esposos inconsiderados que solamente buscan su propia satisfacción. Según los reportes de los consejeros matrimoniales, un gran porcentaje de las quejas que ellos oyen de las mujeres tienen que ver con el descontento sexual. Dicen algunas mujeres que si fuera posible les gustaría eliminar esta parte de la relación matrimonial.
E. El plan y propósito de Dios es que los dos reciban plena satisfacción en esta parte esencial de su matrimonio, y que sirva para reforzar el lazo matrimonial. De otro modo, todavía existe el peligro de la fornicación, aunque estén casados.
F. Por lo tanto, mucho depende del hombre. El debe educarse sobre el asunto y no suponer que ya lo sabe todo. A muchos maridos les falta comprensión de las necesidades físicas y emocionales de sus esposas.
G. 1 Ped. 3:7, “vivid con ellas sabiamente”.

VI. El marido debe amar a sus hijos.

A. Para demostrar que los ama debe criarlos en disciplina y amonestación del Señor, Efes. 6:4.
B. Col. 3:21, “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Dice Efes. 6:4, “no provoquéis a ira a vuestros hijos”.
C. El amor provee todo lo necesario para los hijos: alimento, ropa, educación, etc., y todo esto le cuesta al padre no solamente trabajo y dinero, sino mucho tiempo.

1. No hay otra bendición mas grande que el padre pueda dar a sus hijos que el tiempo mismo, porque al darles tiempo les da una porción de sí mismo; comparte su vida con ellos. Muchos padres no tienen tiempo para sus hijos, y aunque les den dinero y muchos beneficios materiales, éstos se siente defraudados.
2. Los hijos requieren atención personal. Recuérdese que el marido y padre es el director de todo. Debe encargarse de todo aspecto de la vida de su familia. Esto requiere mucho tiempo, pero es tiempo bien invertido.

II. La Esposa

I. La creación de la mujer, Gén. 2:18-24.

A. “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para el”.

1. La expresión “ayuda idónea” significa una compañera adecuada o apropiada para el hombre.
2. La mujer es la obra maestra de la creación de Dios.
3. La mujer ayuda al hombre física, mental, emocional y espiritualmente.
4. Ella, como ayuda idónea, debe identificarse con su marido en todo y estar muy interesada en él, en su trabajo, en sus problemas, y en todo aspecto de su vida. Debe apoyarle, animarle, y ser una ayuda y no un estorbo.

a. Lamentablemente, hay muchas esposas que buscan sus propios intereses, en lugar de apoyar a sus maridos. Se interesan mucho en su propia carrera. Dicen que no hallan satisfacción en simplemente apoyar a su marido. Tales mujeres no aceptan el arreglo divino.
b. Pero con esta actitud tales mujeres destruyen su propia felicidad, porque los caminos de Dios siempre son los mejores (los perfectos).
c. La mujer que quiere independizarse de su marido y del empleo (o negocio o profesión) de él, no está bien en los ojos de Dios y obra en contra de sí misma.

B. “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”, Gén. 2:22.

1. “del varón fue tomada”, Gén. 2:23.
2. “la mujer que me diste”, Gén. 3:12.
3. “el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón”; “tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón”, 1 Cor. 11:8, 9.
4. Estas verdades son olvidadas o rechazadas por muchas mujeres (las modernas “feministas”).

C. La mujer fue creada para la felicidad del hombre.

1. Prov. 18:22, “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”.
2. Ecles. 9:9, “Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol”.
3. Prov. 31:10, “Mujer virtuosa … su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.

II. La mujer debe estar en sujeción. Es el orden divino.

A. Efes. 5:22-24, “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor … como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. Toda mujer debe tomar nota de que Dios dice esto.

1. El modelo para la mujer es la sujeción de la iglesia a Cristo.
2. ¿Qué piensan las hermanas de alguna iglesia que no quiere sujetarse a Cristo? Toda hermana puede ver esto como rebelión; de la misma forma muchas esposas no quieren estar sujetas a sus maridos, lo cual es rebelión también.

B. La mujer que toma las riendas para mandar y dirigir la familia fracasa, y ese hogar está en desorden. Es un hogar fuera de orden, y todos sufren. Todos pierden, tanto ella como los demás miembros de la familia.

1. A veces el marido rehúsa encargarse de sus responsabilidades, y la mujer se ve obligada a cumplir por lo menos con algunas de ellas. Pero la mujer cristiana sabe cuál es el papel del marido, y cuál es el suyo, y hará todo lo posible por animar a su marido a ser cabeza de su familia.
2. La mujer cristiana debe rechazar rotundamente los movimientos feministas en pro de la llamada liberación (quieren liberarse de Dios, de la sujeción y de su papel como esposas y madres). Las feministas son enemigas de la mujer.

C. 1 Ped. 3:1-6, Pedro enseña la sujeción de las mujeres cristianas aunque sus maridos sean incrédulos. Dice Pedro que posiblemente los pueda ganar a Cristo por su buena conducta y por la belleza interna. Pablo también habla de la posibilidad de ganarles (1 Cor. 7:16).

1. Muchas hermanas no ganan a sus maridos porque no obedecen a lo que Pedro les enseña.
2. Muchas hermanas sí ganan a sus maridos porque sí obedecen lo que Pedro les enseña.
3. Esta belleza (“de un espíritu afable y apacible”) no se encuentra en el salón de belleza, ni en la compra de ropa y joyería costosas.

D. 1 Tim. 2:9-15, la mujer cristiana es modesta en su atavió y en su comportamiento. Aprende en silencio, con sujeción y no ejerce dominio sobre el hombre. Su papel no permite que sea predicadora o “anciana” en la iglesia, pero se salvará desempeñando su papel doméstico.

1. En 1 Cor. 7:1, 8, 26, 27, etc. Pablo enseña las ventajas espirituales de los solteros y de las solteras; por eso sabemos que 1 Tim. 2:15 no desprecia a la hermana soltera, sino Pablo describe en términos generales el papel de la mujer en contraste con el del hombre.
2. Tampoco desprecia a la pareja que por razones físicas no pueda tener hijos.

E. 1 Cor. 7:2-5, la mujer debe satisfacer a su marido sexualmente para evitar la fornicación.

1. El sexo se usa a veces como arma cuando hay disgustos y enojos. La mujer cristiana recordará este texto y nunca será culpable de defraudar (sexualmente) a su marido.
2. Hay más peligro de que la mujer use el sexo como arma debido a su debilidad física. ¿Cómo puede ganarle físicamente al hombre excepto rehusándole su cuerpo? Pero, recuérdese que “la mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido”.
3. El marido no debe ser cruel con su esposa. Tampoco debe ser cruel la esposa con su marido (“Si te portas bien, puedes dormir conmigo; si no, tendrás que dormir en el sofá”).

F. Efes. 5:33, Pablo concluye este texto diciendo, “y la mujer respete (literalmente, tema) a su marido”. La palabra usada aquí (phobeo) significa temer, o tratar con deferencia reverencial. La palabra “respetar” es buena traducción con tal que la hermana entienda cómo se usa en este texto.

III. El papel de la mujer es doméstico. Debe ser “reina del hogar”.

A. 1 Tim. 2:12-15, “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio … Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”.
B. 1 Tim. 5:14, “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia”. La mujer comparte la dirección de la familia; está sujeta al marido, pero ella también “gobierna” su casa.
C. Tito 2:3-5, “Las ancianas … enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.
D. El hogar debe ser el anhelado refugio de su familia, su castillo y amparo, su felicidad y descanso, y para que esto se realice, ¡mucho depende de la mujer!

1. En el mundo en que vivimos hay mucho conflicto, violencia, tensión, y toda clase de iniquidad, pero cada miembro de la familia debe encontrar en su hogar un ambiente de paz, amor y armonía, un verdadero descanso y refugio.
2. La mujer — la esposa y madre de la familia — es en gran manera responsable de crear tal ambiente.

E. El gran propósito de la vida de la mujer debe ser el de buscar el bienestar y la felicidad de su marido y de sus hijos. En esto ella encuentra su propia felicidad.

1. Al decir esto no despreciamos el derecho de la mujer de tener tiempo libre para sí misma. Desde luego, tiene muchos derechos personales, y la familia debe respetar estos derechos.
2. Pero si la mujer es egoísta y piensa solamente en lo que ella quiere en lugar de lo que su familia necesita, tanto ella como ellos no encontrarán felicidad sino miseria. Es mejor dar que recibir. El que pierde su vida la hallará. El (o ella) que se humilla a sí mismo(a) se exaltará. El mas grande es el que sirve más.

IV. El hogar necesita de la esposa (la madre) día y noche.

A. No hay nadie que la pueda sustituir. La mujer debe reconocer esto, y sentirse muy orgullosa de ser ama de casa, una persona tan importante y necesitada por su familia.
B. El trabajo de la mujer es importante. La mujer cristiana no debe nunca estar aburrida ni fastidiada de cocinar, limpiar y adornar la casa, lavar y planchar la ropa, etc. Es trabajo duro, pero el hombre tiene que trabajar duro también. Aun los hijos tienen que trabajar para avanzar en la escuela.
C. La mujer debe insistir en la completa cooperación de la familia. Que todos sean cumplidos con respecto a tener el hogar ordenado. Que nadie deje ropa (mucho menos toallas mojadas) tirada en el piso, que los hijos se encarguen de sus habitaciones, cada quien tendiendo su cama, colgando su ropa, etc.

1. La mujer que llega a ser esclava de su familia tiene que culparse a sí misma. Dios enseña que la mujer es compañera, no esclava. Muchos maridos e hijos abusan de la esposa/madre, pero casi siempre es culpa de ella también, porque ella acepta este abuso y nada más se queja y llora, sin corregir el abuso. El problema principal es que tales mujeres no se respetan a sí mismas y, por lo tanto, la familia no la respeta.
2. La esposa (y madre) merece respeto y consideración. Pero mucho depende de ella misma.

D. Dos grandes enemigos del hogar son el comunismo y el “consumismo” (el materialismo).

1. Los dos tienen una cosa en común: sacan del hogar a la mujer.
2. Dice el comunismo que la mujer en el hogar es un parásito que no es productiva y no vale nada. Según el comunismo el estado (el gobierno) debe encargarse de los niños para que la mujer trabaje en las fábricas y barra las calles.
3. El materialismo también saca del hogar a la mujer, para que haya otro salario y así la familia tenga una casa mejor, muebles mejores, un televisor de color (o dos o tres), un automóvil o mejor automóvil, y muchas cosas de lujo y comodidad. Pero se pierde algo de más valor: los beneficios de un hogar mantenido de acuerdo al plan divino.
4. Muchas mujeres tienen dos empleos de tiempo completo. El trabajo doméstico es empleo de tiempo completo, y su trabajo fuera del hogar también es empleo de tiempo completo, pero no hay ninguna mujer que tenga dos tiempos completos, para poder cumplir con los dos empleos. (Muchas viudas y mujeres abandonadas con hijos necesariamente trabajan en los dos empleos, pero éstas no se pueden comparar con las mujeres que tienen dos empleos por el amor al dinero).

V. La mujer virtuosa, Prov 31:10-31.

A. Su estima sobrepasa a la de las piedras preciosas, ver. 10; Prov. 18:22.

1. La mujer prudente es de Jehová, Prov. 19:14.
2. La mujer virtuosa es corona de su marido, Prov. 12:4.

B.El marido confía en ella, ver. 11. Inspira la confianza, ver. 23.
C. Le da bien y no mal todos los días, ver. 12.
D. Industriosa, no desidiosa, vers. 15, 21.
E. Bondadosa, ayuda al pobre, ver. 20.
F. Tiene fuerza y honor, ver. 25,
G. La ley de clemencia está en su lengua, ver. 26.

1. Compárese la mujer rencillosa, Prov. 21:9, 19; 27:15.
2. La mujer virtuosa es buena maestra de sus hijos.
3. Abre su boca con sabiduría, ver. 26.

H. Guarda todo en buen orden; siempre ve por su casa, ver. 27.
I. Honrada por los hijos, alabada por su marido, ver. 28.

El Marido

I. El marido es la cabeza de la familia. Efes. 5:22-29; 1 Cor. 11:3.

A. La palabra “cabeza” significa “autoridad”.

1. El marido es el director, el superintendente de la familia.
2. Esto significa que él tiene la responsabilidad de dirigir sabiamente los asuntos de su familia.

B. El marido debe ver por su familia en todo sentido: física, espiritual, emocional y socialmente. Es la familia de él y, por eso, tiene que ver por ella.
C. El marido es el proveedor, él “provee para los suyos”, 1 Tim. 5:8. Si no lo hace, “ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”.

1. Debe proveer alimento, abrigo, educación, dirección en asuntos del recreo y actividad social, y sobre todo la dirección espiritual.
2. Debe proveer la protección. Es el protector de su familia. Debe proveer no solamente la protección física, sino también la espiritual.

D. El marido debe encargarse de la disciplina de sus hijos. Efes. 6:4. El marido que deja en manos de su esposa la disciplina de sus hijos desagrada a Dios.

II. La palabra “cabeza” no significa “dictador”.

A. No tiene nada que ver con el despotismo. Debe ser el director de la familia, porque Dios le da la autoridad para hacerlo, pero no debe actuar como un dictador. El marido fiel considera a su esposa y a sus hijos. Debe ser un director razonable.
B. 1 Ped. 3:7, “maridos … vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida”.
C. El marido debe escuchar a su esposa, aprender y tomar en cuenta los deseos y las opiniones de ella.

1. La mujer comparte la dirección de la familia. 1 Tim. 5:14, “gobiernen su casa”; Tito 2:5 “cuidadosas de su casa”.
2. La mujer no es esclava, sino compañera del hombre.

III. Cristo es el modelo para el marido.

A. Efes. 5:23 “el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia”. Cristo es la cabeza; por lo tanto, El manda y dirige, pero lo hace con amor y paciencia. Cristo es el ejemplo para el marido.
B. Efes. 5:25, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. El marido, como cabeza, debe amar a su esposa con un amor sacrificial, sin nada de egoísmo.

1. 1 Cor. 13:4-7 nos da un buen análisis del amor.
2. El amor debe ser expresado tanto con palabras como con la conducta (con los hechos). Debe ser expresado mostrando toda consideración con ternura.
3. El marido debe ser humilde, dispuesto a confesar faltas, y no solamente buscar faltas en su esposa e hijos.
4. Este amor se expresa afectuosamente, y también en la simpatía, en el apoyo, en el consuelo, y en la comprensión. A veces el marido dirá desesperadamente, “No la comprendo”. Es cierto, muchas veces el marido simplemente no comprende a su esposa. La mujer es muy distinta al hombre, no solamente en sentido físico, sino también en su forma de pensar, y sobre todo emocionalmente. Por tanto, “vivid con ellas sabiamente” (1 Ped. 3:7).

IV. El marido debe amar a su esposa como se ama a sí mismo.

A. Efes. 5:28, “los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”.
B. Efes. 5:29, “Porque nadie aborreció jamás a su propia carne”.
C. El marido y la esposa son una sola carne. Si el marido aborrece a su esposa, se aborrece a sí mismo. Si el marido destruye la felicidad de su esposa, destruye su propia felicidad.
D. Si todo marido aprendiera esta verdad, se evitarían grandes problemas. Cuando el marido es egoísta y gasta su dinero y tiempo buscando placeres para sí mismo y descuida a su esposa, está obrando en contra de sí mismo. La felicidad de los dos es una sola felicidad; son una carne.
E. Prov. 31:28, “su marido la alaba”. Al honrar a su esposa se honra a sí mismo, y si la critica y se queja de ella, se queja de su propia carne, se queja de sí mismo. Los dos ya son inseparables.
F. Col. 3:19, “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. La crueldad en la familia es intolerable. Está relacionada con el ascetismo, y aun con el suicidio. Si el marido es cruel con su esposa, es cruel consigo mismo también. Es una forma de autodestrucción.

1. El machismo indica un complejo de inferioridad, una inmadurez casi incalculable, y sobre todo una profunda ignorancia y falta de cultura.
2. Muchos maridos son crueles (“ásperos”) con sus esposas, porque se sienten frustrados en su trabajo y quieren golpear a alguien, pero no se atreven a golpear al verdadero objeto de su enojo (por ejemplo, el patrón o los clientes). Por lo tanto, la esposa e hijos llegan a ser víctimas de su enojo. Esto es injusticia y crueldad.

G. Mat. 7:12, “la regla de oro” cabe muy bien aquí.

1. A veces la esposa necesita de la ayuda del marido en el trabajo de la casa (mayormente cuando ella esté enferma).
2. El marido y los hijos deben recordar que la casa, la cocina, los pisos, y todo lo que haya en la casa (ropa, muebles, cortinas) es de ellos, y que el cuidado de la casa y su contenido es el deber de toda la familia. Deben decir, “esto es mío también; es mi responsabilidad”. Cada miembro de la familia debe decir, “Puedo y debo ayudar a cuidar lo que pertenece a nosotros”. El machismo que caracteriza a muchos maridos es carnalidad.

V. 1 Corintios 7:3, “el marido cumpla con la mujer el deber conyugal”.

A. Pablo se refiere al acto conyugal o matrimonial (vers. 2-5). Este mandamiento no solamente requiere que el acto se realice, sino que los dos, tanto la esposa como el marido, reciba plena satisfacción dentro de su matrimonio, y que no la busque con otra persona.
B. Esto requiere el amor genuino, la ternura y la consideración mutua. Para evitar la fornicación y otros problemas, se requiere no solamente el matrimonio, sino también la relación correcta dentro del matrimonio.
C. Este acto que debe unir íntimamente a los cónyuges a veces es la ocasión de distanciamiento, debido al egoísmo del marido (o de la esposa). Si el marido piensa solamente en su propia satisfacción, él desobedece este mandamiento de cumplir con la mujer el deber conyugal. Si la esposa no se satisface sexualmente en su matrimonio debido a la falta de consideración de su marido, éste desobedece la enseñanza de Pablo.
D. Se habla mucho de las mujeres que quieren posponer o evitar el sexo con sus maridos por tener “dolor de cabeza” o por estar muy cansadas, etc. Es muy posible que una causa de este problema es que tengan esposos inconsiderados que solamente buscan su propia satisfacción. Según los reportes de los consejeros matrimoniales, un gran porcentaje de las quejas que ellos oyen de las mujeres tienen que ver con el descontento sexual. Dicen algunas mujeres que si fuera posible les gustaría eliminar esta parte de la relación matrimonial.
E. El plan y propósito de Dios es que los dos reciban plena satisfacción en esta parte esencial de su matrimonio, y que sirva para reforzar el lazo matrimonial. De otro modo, todavía existe el peligro de la fornicación, aunque estén casados.
F. Por lo tanto, mucho depende del hombre. El debe educarse sobre el asunto y no suponer que ya lo sabe todo. A muchos maridos les falta comprensión de las necesidades físicas y emocionales de sus esposas.
G. 1 Ped. 3:7, “vivid con ellas sabiamente”.

VI. El marido debe amar a sus hijos.

A. Para demostrar que los ama debe criarlos en disciplina y amonestación del Señor, Efes. 6:4.
B. Col. 3:21, “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Dice Efes. 6:4, “no provoquéis a ira a vuestros hijos”.
C. El amor provee todo lo necesario para los hijos: alimento, ropa, educación, etc., y todo esto le cuesta al padre no solamente trabajo y dinero, sino mucho tiempo.

1. No hay otra bendición mas grande que el padre pueda dar a sus hijos que el tiempo mismo, porque al darles tiempo les da una porción de sí mismo; comparte su vida con ellos. Muchos padres no tienen tiempo para sus hijos, y aunque les den dinero y muchos beneficios materiales, éstos se siente defraudados.
2. Los hijos requieren atención personal. Recuérdese que el marido y padre es el director de todo. Debe encargarse de todo aspecto de la vida de su familia. Esto requiere mucho tiempo, pero es tiempo bien invertido.

La Esposa

I. La creación de la mujer, Gén. 2:18-24.

A. “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para el”.

1. La expresión “ayuda idónea” significa una compañera adecuada o apropiada para el hombre.
2. La mujer es la obra maestra de la creación de Dios.
3. La mujer ayuda al hombre física, mental, emocional y espiritualmente.
4. Ella, como ayuda idónea, debe identificarse con su marido en todo y estar muy interesada en él, en su trabajo, en sus problemas, y en todo aspecto de su vida. Debe apoyarle, animarle, y ser una ayuda y no un estorbo.

a. Lamentablemente, hay muchas esposas que buscan sus propios intereses, en lugar de apoyar a sus maridos. Se interesan mucho en su propia carrera. Dicen que no hallan satisfacción en simplemente apoyar a su marido. Tales mujeres no aceptan el arreglo divino.
b. Pero con esta actitud tales mujeres destruyen su propia felicidad, porque los caminos de Dios siempre son los mejores (los perfectos).
c. La mujer que quiere independizarse de su marido y del empleo (o negocio o profesión) de él, no está bien en los ojos de Dios y obra en contra de sí misma.

B. “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”, Gén. 2:22.

1. “del varón fue tomada”, Gén. 2:23.
2. “la mujer que me diste”, Gén. 3:12.
3. “el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón”; “tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón”, 1 Cor. 11:8, 9.
4. Estas verdades son olvidadas o rechazadas por muchas mujeres (las modernas “feministas”).

C. La mujer fue creada para la felicidad del hombre.

1. Prov. 18:22, “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”.
2. Ecles. 9:9, “Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol”.
3. Prov. 31:10, “Mujer virtuosa … su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.

II. La mujer debe estar en sujeción. Es el orden divino.

A. Efes. 5:22-24, “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor … como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. Toda mujer debe tomar nota de que Dios dice esto.

1. El modelo para la mujer es la sujeción de la iglesia a Cristo.
2. ¿Qué piensan las hermanas de alguna iglesia que no quiere sujetarse a Cristo? Toda hermana puede ver esto como rebelión; de la misma forma muchas esposas no quieren estar sujetas a sus maridos, lo cual es rebelión también.

B. La mujer que toma las riendas para mandar y dirigir la familia fracasa, y ese hogar está en desorden. Es un hogar fuera de orden, y todos sufren. Todos pierden, tanto ella como los demás miembros de la familia.

1. A veces el marido rehúsa encargarse de sus responsabilidades, y la mujer se ve obligada a cumplir por lo menos con algunas de ellas. Pero la mujer cristiana sabe cuál es el papel del marido, y cuál es el suyo, y hará todo lo posible por animar a su marido a ser cabeza de su familia.
2. La mujer cristiana debe rechazar rotundamente los movimientos feministas en pro de la llamada liberación (quieren liberarse de Dios, de la sujeción y de su papel como esposas y madres). Las feministas son enemigas de la mujer.

C. 1 Ped. 3:1-6, Pedro enseña la sujeción de las mujeres cristianas aunque sus maridos sean incrédulos. Dice Pedro que posiblemente los pueda ganar a Cristo por su buena conducta y por la belleza interna. Pablo también habla de la posibilidad de ganarles (1 Cor. 7:16).

1. Muchas hermanas no ganan a sus maridos porque no obedecen a lo que Pedro les enseña.
2. Muchas hermanas sí ganan a sus maridos porque sí obedecen lo que Pedro les enseña.
3. Esta belleza (“de un espíritu afable y apacible”) no se encuentra en el salón de belleza, ni en la compra de ropa y joyería costosas.

D. 1 Tim. 2:9-15, la mujer cristiana es modesta en su atavió y en su comportamiento. Aprende en silencio, con sujeción y no ejerce dominio sobre el hombre. Su papel no permite que sea predicadora o “anciana” en la iglesia, pero se salvará desempeñando su papel doméstico.

1. En 1 Cor. 7:1, 8, 26, 27, etc. Pablo enseña las ventajas espirituales de los solteros y de las solteras; por eso sabemos que 1 Tim. 2:15 no desprecia a la hermana soltera, sino Pablo describe en términos generales el papel de la mujer en contraste con el del hombre.
2. Tampoco desprecia a la pareja que por razones físicas no pueda tener hijos.

E. 1 Cor. 7:2-5, la mujer debe satisfacer a su marido sexualmente para evitar la fornicación.

1. El sexo se usa a veces como arma cuando hay disgustos y enojos. La mujer cristiana recordará este texto y nunca será culpable de defraudar (sexualmente) a su marido.
2. Hay más peligro de que la mujer use el sexo como arma debido a su debilidad física. ¿Cómo puede ganarle físicamente al hombre excepto rehusándole su cuerpo? Pero, recuérdese que “la mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido”.
3. El marido no debe ser cruel con su esposa. Tampoco debe ser cruel la esposa con su marido (“Si te portas bien, puedes dormir conmigo; si no, tendrás que dormir en el sofá”).

F. Efes. 5:33, Pablo concluye este texto diciendo, “y la mujer respete (literalmente, tema) a su marido”. La palabra usada aquí (phobeo) significa temer, o tratar con deferencia reverencial. La palabra “respetar” es buena traducción con tal que la hermana entienda cómo se usa en este texto.

III. El papel de la mujer es doméstico. Debe ser “reina del hogar”.

A. 1 Tim. 2:12-15, “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio … Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”.
B. 1 Tim. 5:14, “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia”. La mujer comparte la dirección de la familia; está sujeta al marido, pero ella también “gobierna” su casa.
C. Tito 2:3-5, “Las ancianas … enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.
D. El hogar debe ser el anhelado refugio de su familia, su castillo y amparo, su felicidad y descanso,  para que esto se realice, ¡mucho depende de la mujer!

1. En el mundo en que vivimos hay mucho conflicto, violencia, tensión, y toda clase de iniquidad, pero cada miembro de la familia debe encontrar en su hogar un ambiente de paz, amor y armonía, un verdadero descanso y refugio.
2. La mujer — la esposa y madre de la familia — es en gran manera responsable de crear tal ambiente.

E. El gran propósito de la vida de la mujer debe ser el de buscar el bienestar y la felicidad de su marido y de sus hijos. En esto ella encuentra su propia felicidad.

1. Al decir esto no despreciamos el derecho de la mujer de tener tiempo libre para sí misma. Desde luego, tiene muchos derechos personales, y la familia debe respetar estos derechos.
2. Pero si la mujer es egoísta y piensa solamente en lo que ella quiere en lugar de lo que su familia necesita, tanto ella como ellos no encontrarán felicidad sino miseria. Es mejor dar que recibir. El que pierde su vida la hallará. El (o ella) que se humilla a sí mismo(a) se exaltará. El mas grande es el que sirve más.

IV. El hogar necesita de la esposa (la madre) día y noche.

A. No hay nadie que la pueda sustituir. La mujer debe reconocer esto, y sentirse muy orgullosa de ser ama de casa, una persona tan importante y necesitada por su familia.
B. El trabajo de la mujer es importante. La mujer cristiana no debe nunca estar aburrida ni fastidiada de cocinar, limpiar y adornar la casa, lavar y planchar la ropa, etc. Es trabajo duro, pero el hombre tiene que trabajar duro también. Aun los hijos tienen que trabajar para avanzar en la escuela.
C. La mujer debe insistir en la completa cooperación de la familia. Que todos sean cumplidos con respecto a tener el hogar ordenado. Que nadie deje ropa (mucho menos toallas mojadas) tirada en el piso, que los hijos se encarguen de sus habitaciones, cada quien tendiendo su cama, colgando su ropa, etc.

1. La mujer que llega a ser esclava de su familia tiene que culparse a sí misma. Dios enseña que la mujer es compañera, no esclava. Muchos maridos e hijos abusan de la esposa/madre, pero casi siempre es culpa de ella también, porque ella acepta este abuso y nada más se queja y llora, sin corregir el abuso. El problema principal es que tales mujeres no se respetan a sí mismas y, por lo tanto, la familia no la respeta.
2. La esposa (y madre) merece respeto y consideración. Pero mucho depende de ella misma.

D. Dos grandes enemigos del hogar son el comunismo y el “consumismo” (el materialismo).

1. Los dos tienen una cosa en común: sacan del hogar a la mujer.
2. Dice el comunismo que la mujer en el hogar es un parásito que no es productiva y no vale nada. Según el comunismo el estado (el gobierno) debe encargarse de los niños para que la mujer trabaje en las fábricas y barra las calles.
3. El materialismo también saca del hogar a la mujer, para que haya otro salario y así la familia tenga una casa mejor, muebles mejores, un televisor de color (o dos o tres), un automóvil o mejor automóvil, y muchas cosas de lujo y comodidad. Pero se pierde algo de más valor: los beneficios de un hogar mantenido de acuerdo al plan divino.
4. Muchas mujeres tienen dos empleos de tiempo completo. El trabajo doméstico es empleo de tiempo completo, y su trabajo fuera del hogar también es empleo de tiempo completo, pero no hay ninguna mujer que tenga dos tiempos completos, para poder cumplir con los dos empleos. (Muchas viudas y mujeres abandonadas con hijos necesariamente trabajan en los dos empleos, pero éstas no se pueden comparar con las mujeres que tienen dos empleos por el amor al dinero).

V. La mujer virtuosa, Prov 31:10-31.

A. Su estima sobrepasa a la de las piedras preciosas, ver. 10; Prov. 18:22.

1. La mujer prudente es de Jehová, Prov. 19:14.
2. La mujer virtuosa es corona de su marido, Prov. 12:4.

B.El marido confía en ella, ver. 11. Inspira la confianza, ver. 23.
C. Le da bien y no mal todos los días, ver. 12.
D. Industriosa, no desidiosa, vers. 15, 21.
E. Bondadosa, ayuda al pobre, ver. 20.
F. Tiene fuerza y honor, ver. 25,
G. La ley de clemencia está en su lengua, ver. 26.

1. Compárese la mujer rencillosa, Prov. 21:9, 19; 27:15.
2. La mujer virtuosa es buena maestra de sus hijos.
3. Abre su boca con sabiduría, ver. 26.

H. Guarda todo en buen orden; siempre ve por su casa, ver. 27.
I. Honrada por los hijos, alabada por su marido, ver. 28.

Author: Partain, Wayne