Escudriñad las Escrituras: El Hogar

(Noviazgo y Matrimonio)

Introducción.

¿Por qué debemos estudiar acerca del hogar? ¿Debe incluirse este tema en los estudios bíblicos de la congregación?

Este tema merece mucho estudio. Debe ser predicado en el púlpito; debe ser enseñado en las clases bíblicas; y debe ser estudiado en el hogar mismo. Debe ser enseñado intensamente a los hijos.

Dios tiene leyes y enseñanzas con respecto a la familia. El es el Fundador del hogar. El es el Autor del matrimonio. El nos explica todo en cuanto al origen y al propósito del hogar. Nos dice cuál es el papel de cada miembro de la familia: del marido, de la esposa, y de los hijos.

La Biblia describe las bendiciones que Dios provee para la familia que sigue sus enseñanzas, y a la vez describe la miseria de aquellos que no las respetan.

En los arreglos de nuestro Dios existe un perfecto orden.

Existe orden en el universo, y en toda la creación de Dios.

Existía mucho orden en los arreglos de Dios bajo el primer pacto: el campamento en el desierto estaba ordenado; había orden en los sacrificios y en todos los ministerios y servicios del tabernáculo y del templo.

Dios ordena el gobierno civil, para que haya orden entre los hombres más perversos (Rom. 13:1-4).

En cada iglesia de Cristo debe haber ancianos (Hech. 14:23); esto es el orden divino.

Este estudio del hogar presenta el orden divino para el hogar enseñado por Dios: el marido es la cabeza; la esposa le está sujeta; y los hijos están sujetos a sus padres. El hogar que no respeta este orden divino está fuera de orden; está en desorden.

El matrimonio aceptable a Dios es un pacto solemne, hecho entre tres: hombre, mujer y Dios. Es un convenio que debe durar hasta la muerte de uno de los cónyuges. Antes de aceptar este compromiso, las dos personas deben considerar seriamente todo aspecto de las obligaciones que con él se contraen.

Como en el siglo primero ahora también la ley civil y las religiones populares permiten el divorcio por cualquier causa, y muchas personas se aprovechan de esta falsa libertad. Pero en el día final tendrán que dar cuenta a Dios, el verdadero Legislador del hogar.

Este tema debe enseñarse con mucho esmero porque el divorcio ilegítimo trae consecuencias muy amargas durante esta vida, y lo que es peor, serán más amargas en la eternidad.

Otro propósito de este estudio es el de corregir el concepto mundano del acto conyugal. Como todo arreglo de Dios este acto ha sido prostituido por muchos, y es más bestial que acto supremo de amor. Por lo tanto se presentarán en este estudio algunos comentarios sobre este asunto.

Por último, recuérdese que este tema merece un estudio cuidadoso porque también nos afecta espiritualmente. La vida familiar tiene mucho que ver con nuestra vida espiritual. La iglesia debe tener una influencia positiva sobre el hogar, pero indiscutiblemente el hogar tiene mucha influencia sobre la iglesia, o para bien o para mal. No es exageración afirmar que nuestra relación familiar tendrá mucho que ver con nuestra salvación o nuestra condenación.


 

El noviazgo

I. Preparación para el matrimonio.

    • 1. El matrimonio es un arreglo permanente (Mat. 19:6). No es un experimento, ni un juego, sino una unión que debe durar hasta la muerte. Los novios no deben pensar que pueden divorciarse “si no nos gusta”, o “si no nos conviene”. El divorcio no es una opción legítima, excepto por causa de fornicación (Mat. 5:32; 19:9).

      2. Es importante que se tome el tiempo necesario para conocer bien y escoger con mucho cuidado al futuro cónyuge.

      1. El noviazgo da tiempo para el cambio de mente.

      2. La costumbre en la actualidad no es como la de los judíos en el tiempo de José y María (Mat. 1:18, 19). José era el “marido” de María; ella era la “mujer” (esposa) de él (vers. 19, 20), aunque todavía no se habían unido como esposos (ver. 25).

      3. Ahora los votos del pacto se pronuncian en los momentos de unirse los novios en matrimonio; se hace el pacto después del noviazgo. El noviazgo da tiempo para que haya cambio de mente y, por lo tanto, debe ser de tiempo adecuado para que se haga una buena decisión.

      1. 1 Cor. 7:5 no se aplica al noviazgo.

      2. 1 Cor. 6:18 y 2 Tim. 2:22 sí se aplican al noviazgo.

      3. Larousse dice de novio, novia: “Persona recién casada; la que está próxima a casarse”. Son ambiguas, pues, estas palabras. Lamentablemente, en la práctica muchos no hacen distinción entre un estado y otro, porque los no casados actúan como si estuvieran casados.

      4. Cuídese de no decir: “Pero pronto vamos a casarnos; por eso, está bien tener esta libertad”. Heb. 13:4 condena la fornicación, y toda relación sexual antes o fuera del matrimonio legítimo es fornicación.

      5. Fíjese bien en Col. 3:5, “malos deseos”; y Gál. 5:19, “lascivia”.

      6. Enséñese bien la diferencia entre el “amor” y la “pasión”.

      7. Mucho depende de la novia. Ella debe ser fuerte para resistir la fornicación. Si caen en este pecado, y ella queda embarazada, ella sufrirá las consecuencias más que el novio.

      8. El joven que cree que el cuerpo de la novia le pertenece a él antes del matrimonio no la respeta, no la ama, y ella debe reconocer que éste no es digno de ser su novio. Si no la respeta antes de casarse, tampoco lo hará después.

  • A. El noviazgo es el tiempo para escoger un compañero marital para el resto de la vida.

    B. “Prometida” o “comprometida” no equivale a esposa.

    C. No conviene la familiaridad (intimidad) excesiva durante el noviazgo.

II. El noviazgo es el tiempo en que se debe hacer muchas preguntas.

    • 1. Los que nunca se han casado.

      2. Los que han quedado libres debido a la muerte del cónyuge, Rom. 7:3.

      3. Los que han quedado libres debido a la fornicación del cónyuge, Mat. 5:32; 19:9. Hace burla de la ley de Cristo quien dice que el fornicario también queda libre para casarse otra vez. (Véase el estudio de esta cuestión bajo el encabezado, ” Matrimonio, Divorcio y Segundas Nupcias”).

      1. ¿Saben escuchar y contestar el uno al otro con cortesía?

      2. Si no hay comunicación, no hay amor. Es importante reconocer esto.

      3. Una queja común es que “él no habla nada” o que “ella habla todo el tiempo”, o viceversa.

      4. Si no pueden comunicarse antes de casarse, tampoco podrán después.

      1. Gen. 2:24, ¿Están dispuestos a dejar padre y madre para formar una nueva familia? Muchas veces la novia tiene problema con esto. Cree que aun después de casarse debe escuchar a su padre en lugar de sujetarse a su marido.

      2. ¿Está dispuesto el novio a trabajar, a proveer para su familia, y ser cabeza de su familia? ¿Qué tan responsable será con respecto a este deber? 1 Tim. 5:8; 2 Tesal. 3:10.

      3. ¿Está dispuesta la novia a encargarse de la casa, a cocinar, asear, lavar y planchar ropa? ¿Está dispuesta a engendrar hijos? 1 Tim. 2:15; 5:14; Tito 2:3-5. Recuérdese que el matrimonio no es un juego para “niños”.

      1. 2 Cor. 6:14 no se refiere al tema del matrimonio. 1 Cor. 7:13, 14 enseña que el compañero incrédulo no debe ser abandonado, pero 2 Cor. 6:17 dice, “salid … apartaos”. Por lo tanto, 2 Cor. 6:14 no puede aplicarse al matrimonio mixto. Si el “yugo desigual” de 2 Cor. 6:14 se refiere al matrimonio, entonces el cristiano tiene que abandonar a su cónyuge incrédulo, según el ver. 17. Este texto se refiere a la comunión de los cristianos con las prácticas de la idolatría; esto era el problema en Corinto según 1 Cor. 8:12; 10:18-22; y según el contexto de 2 Cor. 6:14, texto que es paralelo con Efes. 4:7-11; los dos textos condenan la participación (el “yugo desigual”) con las prácticas de la idolatría. Tal comunión tenía que romperse, pero el matrimonio con incrédulo no.

      2. Además, es un error grande confiar en que “mi novio se bautizó”, o en que “mi novia es miembro de la iglesia”. Eso no es garantía de nada en cuanto a su carácter. Ha habido una plaga de divorcios entre los miembros de la iglesia en estos días.

      3. Por lo tanto, la pregunta importante es, ¿Qué clase de persona es? ¿Cuál es su actitud, su disposición, su genio? ¿Cómo habla? ¿toma? ¿fuma? ¿pelea? ¿chismea? ¿se enoja fácilmente? ¿cómo habla a su familia? ¿Qué clase de persona es? Es indispensable que se hagan estas preguntas, y que haya plena seguridad en cuanto a la respuesta.

      4. ¿Es persona orgullosa, jactanciosa, rebelde, humilde, o rencillosa?

      5. ¿Puede usted vivir felizmente con esta persona toda la vida?

      6. ¿Quiere usted tener hijos(as) como esta persona? (Será el padre o la madre de sus hijos.)

      7. ¿Es la mujer de sus sueños “muy bella” de acuerdo a 1 Ped. 3:1-4, o solamente de acuerdo a su gusto? ¿Qué sabe ella del atavió o el adorno de una “conducta casta”? ¿Tiene espíritu amable y apacible? Si no léase Prov. 21:9,19. Hay mujeres muy bonitas con carácter fuerte y con boca intolerable.

      8. ¿El es “muy simpático”? ¿Será simpático cuando, después de casarse con usted, él busque a otras mujeres, y cuando llegue borracho para golpearla?

      9. ¿Es persona egoísta? ¿Cree que es dueño(a) del mundo, y que el mundo gira alrededor de él (ella)? ¿Que todos deben servirle y complacerle?

      10. En conclusión, por más que un hombre quiera casarse, es mucho mejor que se quede soltero en lugar de casarse con una mujer bonita pero amargada, regañona y llorona; y por más que una mujer quiera casarse, es mucho mejor que se quede soltera en lugar de casarse con un hombre simpático pero desobligado y abusivo.

      11. Además, en cuanto al matrimonio mixto, aunque el fiel cristiano se case con una persona de buen carácter, de genio agradable, razonable, considerado, de buenas costumbres y sin vicios, si no es cristiano, habrá problemas en cuanto a la asistencia, la ofrenda, los hijos (cómo criarlos, la disciplina de ellos, su asistencia al culto, etc.), el culto en el hogar, las actividades sociales, etc. No hay ley en el Nuevo Testamento que prohíba el matrimonio mixto, ni el matrimonio con algún miembro infiel, pero es importante que todos consideren las consecuencias negativas de hacerlo.

  • A. Sobre todo, ¿Están libres los dos para casarse? ¿Quiénes pueden casarse?

    B. ¿Pueden comunicarse bien? ¿Pueden conversar y aun tener desacuerdos sin enojarse o disgustarse?

    C. ¿Están lo suficientemente maduros para aceptar las responsabilidades del matrimonio? Muchos no lo están.

    D. ¿Cómo tratan a sus propias familias? Así se tratarán el uno al otro después de las bodas. Es muy importante que los novios se conozcan el uno al otro en sus propios hogares para evaluar su relación familiar, porque así será en su nuevo hogar después de la luna de miel.

    E. ¿Quieren hijos? ¿Cuántos? ¿Qué piensan acerca de la disciplina de sus futuros hijos (si es que Dios les da hijos)? ¿Están de acuerdo sobre esto? Es una cuestión crítica.

    F. ¿Estarán de acuerdo con respecto a la administración de las finanzas? ¿Sabrán administrarlas? ¿Qué piensan con respecto a qué comprar primero, cuánto ofrendar, cuánto ahorrar? (Hay muchos divorcios causados por disgustos sobre las finanzas.)

    G. ¿Aceptarán a los suegros, cuñados? Habrá un juego completo de ellos. A veces el novio piensa que llevará a su novia y que ya no tendrá nada que ver con la familia de ella. Esta clase de egoísmo causa, al poco tiempo, la separación.

    H. Una pregunta importantísima: ¿Qué clase de carácter tienen? ¿Qué clase de personas son? ¿Cómo es su disposición y su actitud? Muchos hermanos insisten mucho en que el matrimonio mixto es pecado, pero les conviene más bien dar atención al carácter y disposición de los novios. Muchos miembros de la iglesia fracasan en su matrimonio, porque aunque se hayan bautizado, tienen carácter fuerte y espíritu agrio y amargado y, por lo tanto, no están nada preparados para el matrimonio.

III. Todo esto se debe aprender antes de casarse.

    • 1. Si toma, fuma y maldice antes de casarse, es probable que siga haciéndolo después de casarse.

      2. Si durante el noviazgo no quiere conversar acerca de la Biblia, ni mucho menos asistir a las reuniones, hay muy poca esperanza de que haya grandes cambios después de casarse.

      3. Si es persona con carácter fuerte (se impacienta, se enoja, grita, etc.) durante el noviazgo, hay muy poca esperanza de que llegue a ser persona paciente y amable después de los votos.

  • A. El diablo engaña a muchos con la mentira de que “estamos muy enamorados, y el amor todo lo resuelve”. Muchos de los recién casados saben muy poco de “amor”. El noviazgo de muchas personas se basa en la atracción física y en la pasión carnal.

    B. Otra advertencia: El matrimonio no es “un reformatorio”. Se casan muchos con la idea de que “Yo sé cómo es, pero lo (la) voy a cambiar”. No se engañen.

    C. En la gran mayoría de los casos lo que la persona es antes de las nupcias es lo que sigue siendo después. (Es verdad que muchos compañeros incrédulos o miembros infieles cambian, pero éstos no son la norma, sino la excepción.)

En fin, si no lo (la) puede cambiar durante el noviazgo, ¡mucho cuidado! Hay gran peligro de que su esperanza de hacerlo después de las bodas sea vano.


 

El Matrimonio

Introducción.

    • 1. Sal. 127:1, “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan …”

      2. Dios tiene leyes y enseñanzas que gobiernan el matrimonio.

  • A. El matrimonio es un arreglo divino. Dios es su Originador y Director.

    B. El hogar es un arreglo básico; es el fundamento de la sociedad humana.

I. ¿Qué es el matrimonio?

    • 1. Pero el matrimonio tuvo su origen en Edén.

      2. El matrimonio es para la humanidad entera.

      3. No tuvo su origen en la iglesia del Señor, mucho menos en una iglesia falsa, y no es gobernado por la iglesia.

      1. Dos personas que están libres para casarse consienten en ser esposos. Se comprometen el uno al otro y hacen votos el uno al otro (hacen pacto entre sí y con Dios, Prov. 2:17; Mal. 2:14).

      2. Según la costumbre de su cultura, ratifican (hacen público) su acuerdo de unirse en matrimonio. En muchos países este acto público es una cena. Mateo 1 indica que el acuerdo entre José y María era un acuerdo conocido por otros. José no quería difamarla; esto indica que otros sabían que María era su desposada. Mateo 25:1-13 y otros textos describen la costumbre con respecto al matrimonio en el primer siglo entre los judíos.

      3. Viven juntos como esposos. Esto es lo que observamos en la Biblia. El matrimonio consiste básicamente de estas tres cosas.

      1. Pero Dios junta en matrimonio a los que cumplan con los requisitos básicos (el compromiso o pacto entre ellos y con Dios; dar evidencia pública de que ahora serán esposos; y vivir juntos). Cuando dos personas cumplen con estos requisitos básicos del matrimonio, el no cumplir con requisitos legales no equivale a la fornicación ni al concubinato, como algunos hermanos afirman.

      2. Ha habido casos de parejas que han llevado muchos años como esposos y tienen hijos, que cuando dijeron a ciertos hermanos (evangelistas) que querían bautizarse, les han acusado de fornicación o de concubinato, y rehusaron bautizarles por no haber obtenido licencia para casarse ante algún juez.

      3. Esto es un agravio serio contra tales parejas. Los tales deben ser bautizados inmediatamente e instruidos a cumplir cuanto antes con los requisitos del gobierno.

      4. Todos pueden ser bautizados hoy mismo. Hoy es el día de salvación para todos, sin excepción. Los esposos que no han cumplido con la ley civil con respecto a su matrimonio pueden ser bautizados en día domingo (arrepintiéndose de todos sus pecados, incluyendo el de no haber cumplido con la ley, pero no de fornicación), y luego al día siguiente pueden cumplir con la ley.

  • A. No es un “sacramento” (“Acto religioso que tiene por objeto la santificación de una persona”, Larousse). Según la Iglesia Católica Romana el matrimonio es uno de los siete sacramentos que son administrados por el clero romano que son el “canal de gracia” entre Dios y el pueblo.

    B. Los requisitos para casarse conforme a la voluntad de Dios son:

    C. Pablo y Pedro nos enseñan a cumplir con las ordenanzas del gobierno (Rom. 13:1,2; 1 Ped. 2:13-17), y por eso la pareja debe sujetarse a ellas (obtener licencia, comparecer ante el juez civil, etc.).

    C. La unión (el matrimonio) que estoy defendiendo es así: El hombre habla abiertamente de la mujer como “mi esposa” y ella habla abiertamente del hombre como “mi marido”. Nunca dicen “no estamos casados”. Si dicen que no están casados, entonces están en fornicación. Si quieren decir que no están casados por algún juez que lo digan claramente, pero que no digan “no estamos casados”. En Estados Unidos esta unión se llama “common law marriage” (matrimonio de ley común) y si declaran públicamente que son esposos (p. ej., tener cuenta bancaria a nombre de los dos), la unión es legal (se considera matrimonio). Algunos describen tal unión como “unión libre”. En tal caso hay que preguntar, ¿libre de qué? Si se comprometieron a ser esposos y se casaron formalmente (con testigos), Dios los juntó y no están “libres” para divorciarse excepto por causa fornicación (Mat. 19:9). La realidad es que en muchos de estos casos, se siente libres para separarse y casarse con otra persona. Si es así, viven en fornicación.

II. El matrimonio es para todos.

    A. No es requerido para todos, 1 Cor. 7:1, 6-9. Obsérvese el contexto de estos versículos (por ejemplo, el ver. 26).

    B. Pero el matrimonio no debe prohibirse para nadie, 1 Tim. 4:1-3.

III. Propósitos del matrimonio.

    A. El compañerismo, Gén. 2:18, “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Fue la primera vez que Dios dijo, “no es bueno”.

    B. Satisfacer los deseos sexuales de los dos (para evitar la fornicación), 1 Cor. 7:1-5. Muchas personas — aun hermanos en Cristo — ignoran este texto. Además, muchos hombres no consideran la necesidad de que la mujer también reciba satisfacción en el acto sexual.

    C. La procreación (Gén. 1:28; 1 Tim. 2:15; 5:14) no significa simplemente “tener” hijos, sino “criar” hijos. Hay gran diferencia entre las dos cosas.

    D. La protección. La familia provee una cerca de protección para cada miembro, no solamente para los hijos, sino también para los padres.

    E. La felicidad. No se afirma aquí que los solteros no son felices; muchos cristianos solteros son felices toda la vida. Pero sin lugar a dudas el matrimonio contribuye en gran manera a la felicidad de muchos. Léanse Prov. 18:22; Ecles. 9:9. Aun los solteros participaron, desde luego, en la felicidad del hogar durante su niñez y juventud.

    F. Es un arreglo económico, 1 Tim. 5:8; Tito 2:5.

    G. Contribuye al desarrollo de la personalidad. Muchos se sienten más completos en el matrimonio.

    H. Contribuye al bienestar de la sociedad. El hogar es, pues, un arreglo básico de la civilización humana.

IV. El matrimonio es un arreglo permanente.

    A. No es un arreglo eterno, Mat. 22:29, 30; Luc. 20:36. Los mormones rechazan este texto y hablan del matrimonio celestial, pero los que aceptan la Biblia reconocen que la relación familiar existe solamente en esta vida. En el mundo venidero seremos las mismas personas, pero no sostendremos la misma relación familiar con nuestros seres queridos.

    B. Pero es para toda la vida, Ecles. 9:9.

    C. Lo que Dios juntó “no lo separe el hombre”, Mat. 19:6.

    D. El concepto bíblico es que el matrimonio dure “hasta que la muerte nos separe”. Pero el concepto humano es que dure solamente “hasta que nos convenga el divorcio”, o “hasta que dejemos de amarnos”.

Conclusión:

    A. Lo serio del matrimonio se ve en que se compara con la relación de Cristo con la iglesia, Efes. 5:22-32.

    B. El matrimonio es pacto solemne, hecho entre dos personas y Dios (Prov. 2:17; Mal. 2:14).

    C. Recuérdese que Dios dice, “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Gén. 2:24).


 

El Matrimonio (II)

Introducción.

    A. La Biblia habla mucho sobre el matrimonio, la relación humana más íntima. En este asunto, como en todo asunto, el cristiano no debe ser guiado por los sentimientos, sino por la Palabra de Dios, pues es tema de mucha seriedad. Tiene mucho que ver con la salvación. Es serio porque su Autor es Dios. Es serio porque es una unión permanente. Es muy obvio por la gran cantidad de divorcios que mucha gente se casa sin tomar en cuenta la seriedad de lo que hace. Por eso, debemos leer y estudiar todo texto sobre el tema del matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias, y aceptarlos y ser guiados por ellos.

    B. Cuando Dios habla sobre algún tema, ya no caben nuestros “pero yo pienso” o “pero a mí me parece”.

    C. No hay otra relación que requiera más madurez emocional y espiritual, pues la falta de ella es el problema principal de muchos matrimonios. Compárese el caso de los corintios: 1 Cor. 3:3, “porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?” Como la carnalidad causó problemas en la iglesia, así también los causa en el matrimonio. El matrimonio requiere madurez. No es para niños. No es un experimento.

    D. Si alguno no asiste a las reuniones, no participa de la cena, no ofrenda, etc., es infiel. Asimismo, si no obedece la enseñanza sobre el matrimonio, es infiel. Está en pecado y debe arrepentirse y cambiar.

I. Gén. 2:24, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Este texto es citado varias veces en el Nuevo Testamento: Mat. 19:5; Mar. 10:7-8; 1 Cor. 6:16; Efes. 5:31. Significa que al casarse el hombre y la mujer, ya no son dos, sino uno.

    • 1. La luna de miel debe ser perpetua, continua, permanente. El cariño debe durar todos los días desde y noviazgo y las bodas hasta la muerte. Es importante que los esposos expresen su amor el uno por el otro todos los días en palabras y en hechos. Que todos los días digan “te amo” el uno al otro, y entonces ¡mostrarlo en las acciones!

      2. El compromiso hecho en el matrimonio es serio. No es que “Yo lo haré si tú lo harás”; no es que “Si tú estás sujeta y me obedece, te amaré”; “si tú me amas estaré sujeta a ti”.

      1. La nueva pareja debe tener la mejor relación posible con los padres y los suegros. Sobre todo, el marido debe aceptar la familia de su esposa, pues en realidad a veces no es así, sino que él sólo la quiere a ella y no quiere tener nada que ver con su familia. Esto es causa de problemas serios.

      2. Sin embargo, la nueva pareja debe hacer todo lo posible por vivir aparte de los padres y suegros, porque si por algún tiempo viven juntos con ellos, es muy difícil que todos respeten la independencia de la familia nueva. La nueva pareja debe estar dispuesta a hacer cualquier sacrificio económico para vivir aparte de sus padres o suegros, porque el vivir todos juntos es causa de múltiples problemas.

  • A. ¿Hacemos votos de fidelidad o promesas mentirosas? Recordemos que al hacer votos en el matrimonio también hacemos promesas a Dios. Deut. 23:21, “Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22 Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. 23 Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca”; Prov. 2:17, “La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios”; Ecles. 5:4, “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”; Mal. 2:14, “Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto”. Muchísimas parejas no estarían dispuestas a repetir sus votos después de unos cuantos meses, pero toda pareja debe estar dispuesta a repetirlos cada mes o cada día durante toda la vida.

    B. En el matrimonio se forma otro hogar, distinto e independiente del hogar de los padres y suegros.

    C. La cabeza del nuevo hogar es el marido. El padre de la nueva esposa ya no es su cabeza. El que manda ahora no es su padre sino su marido.

    D. El nuevo marido ya no debe dar preferencia a sus padres, sino a su esposa. Su relación con su esposa es mucho más importante que su relación con su madre o padre. El honrar a los padres no significa que la relación con ellos sea más importante que la relación con el cónyuge. Si la madre dice o quiere una cosa y la esposa dice o quiere otra cosa diferente, si no está en conflicto con la voluntad de Dios, el marido debe dar preferencia siempre a su esposa.

II. El marido debe amar a su esposa. Efes. 5:24-29,Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia”.

    • 1. Desde luego, la esposa debe ser fiel en todo, y hacer todo lo posible por ser atractiva y deseable para que agrade a su marido, pero él no tiene excusa para no ser siempre amable con ella.

      2. ¿Qué dicen los votos? ¿Se amarán solamente si todo va bien? Se aceptan como compañeros con todo y defectos.

      3. El pecado más común de los maridos es que no aman a sus esposas porque ellas no les agradan. Tienen la actitud de “Sí, yo le voy a amar si ella comienza a amarme. Seré bueno con ella cuando ella comience a ser buena conmigo”. El amar mandado por Pablo (el Espíritu Santo) no es de esa clase. Más bien, significa amar a la esposa simplemente porque ella es su esposa. Significa siempre ser bueno con ella, siempre tener buena voluntad hacia ella, no obstante cómo ella sea.

      4. Aquí está un detalle muy importante: el hombre escogió a cierta mujer para ser su esposa. El lo hizo. Nadie lo hizo por él. Nadie le forzó a escogerla. De su propia voluntad la escogió. La quería para su esposa. Si ahora está convencido que cometió un grave error, es un error que él mismo cometió y, por eso, tiene que aceptarlo sin culpar a ella y otros. Debe ser hombre maduro y responsable delante de Dios y siempre ser bueno con ella, y amarla (1) como Cristo amó a la iglesia, y (2) amarla como ama a su propio cuerpo.

      5. Dicen los hombres, e incluso hermanos, “Pero usted no se imagina cómo es ella”. Lo que tales hombres deben entender es que aunque ella sea prima hermana del diablo, ya es su esposa. Usted la escogió, y Dios los juntó, y le dice que debe amarla, y que usted no se puede divorciar de ella excepto por la causa de fornicación (Mat. 19:9). Así también la esposa debe amar a su marido.

      6. Me dijo un hermano, “Pero usted no se imagina cómo es dormir con una mujer que no se baña”; él ahora vive en adulterio con otra mujer. No sé si la que tiene ahora se baña, pero yo sé que él no está preparado para el juicio final.

  • A. El significado de la palabra amar es obvio en este texto, pues el hombre debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, y debe amarla como ama a su mismo cuerpo. El marido que no ama a su esposa de esta manera es infiel. Está en pecado ante los ojos de Dios. Este no es un mero “consejo” de Pablo, sino que, más bien, ¡es un mandamiento de Dios!

    B. Este amor (agape) “no es un impulso que provenga de los sentimientos el amor busca el bien de todos, y no busca el mal de nadie es un amor desprendido, dispuesto a servir” (Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, por W. E. Vine). El amor mandado por Pablo es, pues, la buena voluntad, manifestada en los hechos, en las palabras, en la actitud y en toda la relación matrimonial. Agrega el Sr. Vine que este amor “sólo puede ser conocido en base de las acciones que provoca”

    C. Parece que muchos maridos “aman” a sus esposas sólo si les agradan, pero el amor enseñado por Pablo no es de esa clase. Dice el Sr. Vine, “Pero es evidente que no se trata de un amor basado en la complacencia, ni afecto, esto es, no fue causado por ninguna excelencia en sus objetos, Ro 5:8”. ¿Nos amó Dios porque le habíamos agradado? Por el contrario vivíamos en la rebelión contra Dios. Dice el texto, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

    E. El marido deber respetar a su esposa. Ella tiene opiniones, puede juzgar y tomar decisiones, y el marido debe consultarla en todo. Debe escucharle. Debe hacerle caso cuando habla. Dijo una esposa, “Me escucha pero no me escucha. Y me habla como si fuera una niña”.

    F. Los esposos deben ser buenos amigos. El marido debe ser el mejor amigo de la esposa y la esposa debe ser la mejor amiga del marido. Si esto le extraña, piénselo bien, porque muchos esposos no son amigos.

    F. El marido debe estar atento a su esposa. Lo que ella tiene que decir a su marido es mil veces más importante que los deportes u otro programa de televisión.

III. Este amor no es lo siguiente:

    • 1. Prov. 18:21, “La muerte y la vida están en poder de la lengua.” Sant. 3:6, “La lengua es un fuego, un mundo de maldad.” Prov. 12:18, “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”

      2. Prov. 11:29, “El que turba su casa heredará viento”. Este es el hombre de mal humor, de mal genio, o tacaño, y que hace miserables a su esposa e hijos”. Muchos maridos que nunca golpean a sus esposas con el puño sí las golpean con palabras. Las critican, aun delante de otros (mayormente los familiares), las insultan y de varias maneras las hieren con palabras que lastiman sentimientos y dejan cicatrices permanentes.

      3. Parece que tales hombres están aburridos de su matrimonio, la consideran como una relación estancada, y concluyen que el remedio es simplemente “dejar este(esta) y buscar otro(a)”. Es lo que se hace si uno se fastidia de su casa o de su automóvil; ¿por qué no con el matrimonio?

      1. El marido egoísta no se preocupa por los gustos o disgustos de su esposa; por ejemplo, nunca quiere ir donde la esposa quiere ir. Ni siquiera le compra tarjeta de cumpleaños. (Quiere olvidar la fecha del aniversario de bodas).

      2. No quiere hacer lo que ella quiere hacer, sino que siempre ella tiene que hacer lo que él quiere. El dice que el sujetarse a él significa que ella siempre la complace en todo, no importando lo que ella quiera.

      3. El marido o la mujer que siempre quiere salirse con la suya no tiene amor por su cónyuge.

  • A. Decir cosas hirientes y criticar el uno al otro no es amor. “Muy bien, veremos lo que dices cuando te dejo”; “eres igual a tu padre, ese viejo inservible”; “¿Cómo puedes ser tan estúpido?”; “Estás mal de la cabeza”. Tales insultos son carnales. Prov. 18:21, “La muerte y la vida están en poder de la lengua”; Job 19:2, “¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, Y me moleréis con palabras?” Sant. 3:6, “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”; Prov. 29:20, “¿Has visto hombre ligero (precipitado, LBLA) en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él”; 1 Ped. 3:10, “El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal”; Prov. 18:13, “Al que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio”. Si el marido critica a su mujer, se condena a sí mismo, porque él la escogió por esposa. Si ella le critica a él, se condena a sí misma, porque lo aceptó por marido.

    B. El celo carnal no es amor,Gál. 5:19-21.

    C. Ser áspero con la esposa no es amor, Col. 3:19, “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. No ser crueles o abusivos. Esta palabra viene de la palabra amargo y se refiere a lo que causa amargura, aflicción, pesar, y hace llorar. Es lo opuesto de amor, bondad, amabilidad.

    D. El egoísmo no es amor.
    E. “Yo te amará si tú me amas”; “Yo cambiaré si tú cambias”. ¿Así fueron los votos? ¿Cambiar los votos después de la boda muestra falta de integridad? Significa que fueron puras mentiras.

    F. El culpar no es amor. Gén. 3:12, “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.

Sant. 5:16, confesar las faltas el uno al otro. Humillarnos, aceptar la propia culpa. 1 Ped. 4:8, “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

IV. Este amor es lo siguiente:

    • 1. La esposa necesita el cuidado tierno y amoroso, y lo necesita todos los días.

      2. Vivir con ella sabiamente significa que la ame y que siempre le considere. Recuerde que la mujer no fue hecha del polvo de la tierra, sino que fue tomada del costado del hombre para ser su amada compañera. Dice Pedro, “dando honor a la mujer como a vaso más frágil”; por eso, ser tierno y amable con ella, atento a ella y a todo lo que ella necesite. Significa hacer todo lo posible por comprender su punto de vista, sus opiniones y deseos. Sobre todo, debe ser muy atento y solícito cuando la esposa está enferma o deprimida. El consuelo que el marido ofrece a su esposa en tiempos difíciles es mucho mejor que algún tranquilizante recetado por el médico.

      3. Cuando sea necesario el marido y los hijos deben ayudarla, o hacer la obra de ella, sea el cocinar, el asear, lavar la ropa, etc. A veces ella estará deprimida y urgentemente necesita el apoyo de su marido. Si ella tiene accidente en el carro y le llama al marido, ¿qué dirá él? ¿Qué tanto daño se hizo al carro?

      4. El marido debe hablar libremente con su esposa de las finanzas, pues el dinero que él gane es de ella también, porque ella trabaja en la casa, cuidando de los hijos, etc. Ella debe estar enterada de ingresos y de gastos. Juntos deben preparar su presupuesto, apartando la ofrenda para el Señor, y haciendo planes para el futuro. El se casó con ella porque ella es mujer inteligente, y sus ideas, sugerencias y consejos son indispensables para él. Debe haber dinero para ella que pueda gastar como desee, sin dar cuenta de cómo lo haya gastado.

      5. El marido que vive con su esposa sabiamente tiene tiempo para ella. Tiene tiempo para platicar con ella. Tiene tiempo para jugar con los niños. Tiene tiempo para cantar, estudiar y orar con su familia. Tiene tiempo para llevarles a pasear. El busca la felicidad de su familia.

      6. El marido que vive con su esposa sabiamente ayuda con los niños en todo. Está dispuesto a bañarlos, cambiar pañales, alistarles para la escuela o para ir al culto, ayudarles con las tareas de escuela, etc. El marido que no tiene tiempo para su esposa e hijos es un hombre egoísta que no es digno de su familia.

      7. El marido que no vive con su esposa sabiamente no podrá orar. Es muy importante que toda la familia estudie y ore juntos. Recuerden la importancia de contar historias bíblicas a los niños.

      1. Gén. 2:18, “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. El marido necesita el amor, la atención, y el apoyo de la esposa. Ella debe buscar toda manera posible por ayudarle y apoyarle. Debe tener mucho interés en su trabajo, incluyendo los problemas y dificultades que él tenga que soportar. Cuando él llegue del trabajo, la mujer debe estar interesada en él, y no simplemente lista para lanzar quejas.

      2. Prov. 18:22, “El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.”

      3. Prov. 19:14, “La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente”.

      1. El acto conyugal no es sólo para la satisfacción del varón. Según los informes de esposas que se quejan de su matrimonio, hay muchísimos varones que sólo buscan su propia satisfacción en el acto conyugal. Esto es puro egoísmo (machismo) y carnalidad, y produce problemas serios en el matrimonio.

      2. Otra vez, 1 Ped. 3:7, “vivid con ella sabiamente, dando honor ” Que el marido considere a su esposa en todo, pues, no pensando solamente en su propio placer. Muchas veces la mujer dice que está demasiado cansada, o que tiene dolor de cabeza, o que no se siente bien, porque ella siente como usada y hasta abusada por su marido. El amor comprende. El amor considera. El amor busca el bien y la felicidad del cónyuge.

      3. 1 Cor. 7:3, Dice Pablo, “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal.” Muchos hombres se casan pensando que ya lo sabe todo en cuanto a relaciones íntimas, cuando en realidad a muchos les falta el entendimiento básico de la naturaleza psicológica, emocional y aun la fisiológica de la mujer. La pura función física no es de ninguna manera todo el acto conyugal. Pablo no dice simplemente, “cumpla con el acto”, sino “cumpla con el deber”.

  • A. 1 Cor. 13:4, “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Este es el amor del cual Pablo habla. Efes. 4:32, “sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Rom. 15:14, “llenos de bondad”.

    B. 1 Ped. 3:7, “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.

    C. Tito 2:4, 5, “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. Las mujeres cristianas trabajan arduamente, pues son “cuidadosas de su casa”. La esposa cristiana debe ser bien cumplida como cocinera. Hamburguesas, pizza, y toda clase de comida que se compra ya lista para calentar no es alimentación adecuada para la familia. Tal clase de comida está bien para la familia de vez en cuando pero debe ser muy limitada. La mujer debe amar la cocina, como también el aseo, el lavar y planchar ropa, y todo lo que es su trabajo. Ahora muy pocas mujeres tienen que cortar leña, cargar agua, y lavar ropa en tallador. 1 Tim. 5:14, “Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia”.

    D. Mat. 7:12, “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. El que ame a su cónyuge practica esta regla de oro.

    E. Este amor es buena comunicación. El marido no sólo debe hablar con la esposa, sino también hablar bien, usando buenas palabras, y con un buen tono de voz. No sólo debe el hombre hablar bien con su esposa, sino también debe escucharla. Significa no usar el silencio para castigar, enojar y frustrar al cónyuge. Significa tratar de estar de acuerdo. Significa no bostezar cuando ella platica del trabajo de ella u otras actividades del día.

    F. Este amor es íntimo. Amar es ser íntimos, no sólo en la relación sexual, sino también en la conversación, yendo juntos al parque, haciendo compras, escuchando buena música, compartiendo docenas de actividades, como durante la luna de miel. Sobre todo ser íntimos dedicando tiempo a los hijos. Siempre que sea posible, los esposos deben comer juntos, con el televisor apagado, para poder conversar, el uno con el otro, y con los hijos, escuchándoles y platicando con ellos, contestando sus preguntas, etc. Que su cónyuge sea su confidente. Platique todo con él o ella.

    G. Este amor es cortesía. Se habla de “ser educados”, de tener buenos modales. Son cosas importantes. Ser descortés es ser falto de amor. Durante la luna de miel, ¿no se preocupó por ella, cómo se sentía, si tenía frío o calor, si quería algo que tomar o comer? ¿No decía “por favor” y “gracias”? ¿Y ahora no? Si no, ¿por qué no?

    H. Este amor es afectuoso, cariñoso. Es conocido por sus acciones. ¿No eran cariñosos durante la luna de miel? Ese amor romántico debe continuar hasta la muerte. Como la esposa necesita alimento, ropa, atención médica, reposo, también necesita que le platique con buenas palabras y necesita el cariño. Siempre. Todos los días. Prov. 5:15, “Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. 16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas? 17 Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. 18 Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, 19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. 20 ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?”

    I. 1 Cor. 7:5, “La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”.

V. Efes. 5:28, 29.

    A. Lo que el hombre haga por su esposa lo hace por sí mismo. Lo que haga en contra de ella lo hace en contra de sí mismo. Si la hace feliz, a sí mismo se hace feliz. Si la lastima o perjudica a sí mismo lastima o perjudica. Son una sola carne. Son uno.

    B. Diga siempre, “Todas mis acciones y palabras con respecto a mi esposa, sean favorables o desfavorables, son acciones y palabras que me afectarán a mí mismo“; para bien o para mal, sin faltar a mí me afectarán.

VI. Efes. 5:22-32, Cabeza y sujeta.

    • 1. La sujeción no significa inferioridad. No significa “sin mente”, o menos inteligente.

      2. Que esté sujeta como la iglesia está sujeta a Cristo. Que esté sujeta al marido como al Señor. Prov. 31:30, “La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (si no está sujeta al marido no teme a Dios).

      3. Aun al marido incrédulo debe estar sujeta. 1 Ped. 3:1-4, “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. Prov. 31:26, “la ley de clemencia está en su lengua”.

      4. Prov. 18:22, “El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová”; pero 19:13, “Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer”; 21:9, “Mejor es vivir en un rincón del terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa”; 21:19, “Mejor es morar en tierra desierta Que con la mujer rencillosa e iracunda”.

      5. Si la mujer manda, todos pierden.

  • A. El hombre es cabeza, pero ¿qué significa? El “papa” de Roma se cree infalible, porque no está casado. El marido es el director, el responsable, de la familia. Esto no tiene nada que ver con el “machismo”. El no rige con vara de hierro. No dice, “yo mando, tú calla la boca”.

    B. Efes. 5:22, “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo 33 cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”; Col. 3:18, “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor”.

VII. Sant. 5:16, “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.

    A. Sin duda, uno de los pasos más importantes para resolver problemas matrimoniales es el de aceptar faltas o culpa. Si uno acepta, el otro también.

    B. Casi siempre si uno de los dos cónyuges acepta su falta o culpa, el otro seguirá su ejemplo.

Author: Partain, Wayne