Escudriñad las Escrituras: El Centinela del Señor

Introducción.

    A. Según el diccionario Larousse, el centinela es el “soldado que se coloca de guardia en un sitio. Fig. Persona que vigila una cosa”.

    B. En el Antiguo Testamento se refiere a aquél que estaba puesto como centinela sobre las murallas de una ciudad. Isaías 21:6, “Porque el Señor me dijo así: Vé, pon centinela que haga saber lo que vea”; Isaías 62:6, “Sobre tus murallas, oh Jerusalén, he puesto centinelas; en todo el día y en toda la noche jamás callarán”; es decir, siempre estaban listos a avisar del peligro. El centinela había de clamar cuando el enemigo se acercaba o cuando había peligro de cualquier clase.

    C. Jeremías 31:6, también habían de clamar “en la región montañosa de Efraín: ‘Levantaos y subamos a Sion, al Señor nuestro Dios”. “Efraín” era el reino del norte que había caído en apostasía.

    D. Ezequiel 3:17, “Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel; cuando oigas la palabra de mi boca, adviérteles de mi parte”. En este texto observamos que el centinela (1) recibía mensaje de advertencia de la boca de Dios y (2) entregaba ese mismo mensaje al pueblo, sin añadirle, quitarle ni cambiarlo.

I. Los centinelas del Antiguo Testamento.

    A. Los centinelas principales del Antiguo Testamento eran los profetas escogidos y enviados por Dios. Sobre todo, habían de declarar al pueblo su transgresión. Isaías 58:1, “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, declara a mi pueblo su transgresión y a la casa de Jacob sus pecados” y también el castigo que les esperaba si no se arrepintieron.

    B. El deber del centinela se explica en Ezequiel 3:16-21 y 33:7-9. Si él, como fiel centinela advertía al pueblo de su pecado y el castigo que recibiría si no quería arrepentirse, y el pueblo no le hacía caso, “su sangre recaerá sobre él”, pero si el centinela no cumplía con su deber, “yo demandaré su sangre de mano del centinela”.

    C. Los falsos profetas eran centinelas infieles. Isaías 56:10, “Sus centinelas son ciegos, ninguno sabe nada. Todos son perros mudos que no pueden ladrar”. Aquí los centinelas se comparan con perros que ladran para advertir a su dueño de algún peligro. El “perro mudo” no vale nada.

    D. Los centinelas fieles. Pero había centinelas fieles como los profetas Elías, Eliseo, Isaías, Jeremías, Ezequiel y otros que amaban a Dios y al pueblo. Recuérdese el ejemplo del profeta Jonás que fue a Nínive, capital de Asiria, para proclamar que “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida” Jonás 3:4. A consecuencia de su predicación esta gran ciudad pagana se arrepintió. Los centinelas fieles no eran como perros mudos, sino que constantemente exhortaban al pueblo a obedecer los mandamientos de Dios, a no practicar la idolatría y a no formar alianzas con las naciones.

    E. El trabajo del centinela no era placentero como se ve en Ezequiel 2:4-7, “A los hijos de duro semblante y corazón empedernido, a quienes te envío, les dirás: Así dice el Señor Dios. Y ellos, escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. 7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes”.

    F. Los centinelas fieles oraban mucho a Dios. “Hacéis que el Señor recuerde”, Isaías 62:6. Entendían que la obra no de ellos sino de Dios; por eso, pedían la ayuda divina para llevar a cabo la obra.

II. Los centinelas del Nuevo Testamento

    A. Apóstoles y profetas. Aunque no se emplea este término en el Nuevo Testamento, los que hacían el papel de centinelas eran los apóstoles de Cristo, pues predicaban (proclamaban) el evangelio de Cristo, exponían los pecados de todos, exhortándoles a obedecer al evangelio y advirtiendo al pueblo del peligro (la consecuencias) de no obedecer al evangelio. 1 Pedro 4:17, “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?” 2 Tesalonicenses 1:6, “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. También explicaban la consecuencia de no perseverar hasta el fin. El día de Pentecostés el apóstol Pedro dijo (Hechos 2:22, 23) que los judíos habían crucificado a Cristo y luego leemos en los versículos 37, 38, “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. El apóstol Pablo podía decir, “no rehuí declarar a vosotros nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa pues no rehuí declarar a vosotros todo el propósito (consejo) de Dios” (Hech. 20:20, 27).

    B. Ancianos. En Hechos 20:28-30 el apóstol Pablo dice a los ancianos de Efeso, “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos (supervisores) para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre. Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño, y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas”; Hebreos 13:17,“Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta”;1 Pedro 5:1, “Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él”. Cada iglesia debe tener ancianos (pastores, obispos) (Hechos 14:23) para velar por las almas de los que componen la congregación.

    C. Evangelistas. 1 Timoteo 4:16, “Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan”; 2 Timoteo. 4:2, “Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a las fábulas”.

III. Los apóstoles, ancianos y evangelistas del primer siglo velaban, exponían el error de los falsos maestros y amonestaban a los santos sobre las consecuencias de ser engañados por el error.

    A. Los judaizantes que enseñaban que los cristianos gentiles tenían que llegar a ser judíos para ser verdaderos hijos de Dios, siendo circuncidados y guardando la ley de Moisés (Hechos 15; Gálatas 2, etc.).

    B. Los gnósticos (los anticristos, 1 Juan 2:18; 4:3, etc.) que negaban que Cristo había venido en carne.

    C. Los que negaban la resurrección (1 Corintios 15:12) o decían que ya tuvo lugar (2 Timoteo 2:18).

    D. Los demás que enseñaban los mandamientos de los hombres (Colosenses 2:20-23; compárese Mateo 15:1-9). Hebreos 13:9 dice, “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas”.

IV. Es necesario que los ancianos, evangelistas y todo cristiano imiten su buen ejemplo. Debemos velar, exponer los errores religiosos que siglo tras siglo se han inventado, y amonestar a todos sobre las consecuencias de ser engañados por ellos.

    A. Esta obra fue llevada a cabo en el primer siglo por hombres inspirados. Ahora nadie es inspirado, pero la inspiración reside en las Escrituras; es decir, tenemos la misma palabra que los hombres inspiraban predicaban porque esa palabra se ha escrito. La tenemos en el Nuevo Testamento, el libro inspirado de Dios. Hombres no inspirados pueden proclamar, predicar y enseñar esta palabra inspirada. También pueden advertir en cuanto al error y el pecado y amonestar a todos en cuanto a las consecuencias de persistir en ellos.

    B. Debido a la falta de respeto hacia las Escrituras como regla perfecta de la fe (2 Timoteo 3:16, 17; Judas 3), el proceso de la apostasía empezó, con el resultado de que ha habido cambio de prácticamente todo aspecto de la religión de Cristo.

    C. Error enseñado sobre el plan de salvación. En muchas iglesias que profesan ser de la religión de Cristo no se predica lo que Jesús dice en Marcos 16:16, ni lo que Pedro dijo en Hechos 2:38. Se prefiere el error calvinista de “salvación por la fe sola”, pero Santiago 2:24 dice que el hombre no es justificado “solamente por la fe”.

    D. Error enseñado sobre la adoración de Dios. No es muy popular el culto sencillo y espiritual que Dios quiere (como explicado en el Nuevo Testamento): cantar himnos sin instrumentos de música (Efesios 5:19), orar en lugar de rezar (1 Tesalonicenses 5:17), predicar la palabra misma y no la tradición humana (2 Timoteo 4:2), participar de la cena del Señor el primer día de la semana (1 Corintios 11:23-26; Hechos 20:7), y ofrendar cada primer día de la semana según Dios nos haya prosperado (1 Corintios 16:2). ¿Por qué adoramos? ¿Para agradarnos a nosotros mismos o a Dios? Si queremos agradar a Dios, nos conviene ofrecerle el culto que El quiere.

    E. Error enseñado sobre la naturaleza, organización y obra de la iglesia. En lugar de conservar el patrón bíblico (2 Timoteo 1:13,14), algunos han establecido “iglesias patrocinadoras” y toda clase de institución para hacer la obra de la iglesia. Según el Nuevo Testamento, los apóstoles establecieron iglesias locales. Leemos de la iglesia de Colosas, la de Tesalónica, la de Corinto, etc. Pablo dice en Romanos 16:16, “Os saludan todas las iglesias de Cristo”. Sin embargo, el Nuevo Testamento no dice nada de escuelas, clínicas, orfanatos, etc. de las iglesias de Cristo. Es necesario exponer este error y recordar a todos que la iglesia local es el plan divino, y es capaz de llevar a cabo en todo sentido la obra que debe hacer de acuerdo a la voluntad de Dios.

    F. Error enseñado sobre el divorcio y nuevas nupcias. Jesús habla claramente en Mateo 5:32 sobre este tema: “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”; Mateo 19:9, “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. Pero esta doctrina no les conviene a muchos. No la quieren aceptar porque hay muchas parejas que están mal en su matrimonio, habiendo hecho precisamente lo que Jesús prohíbe. Por lo tanto, los líderes religiosos enseñan graves errores sobre el tema. Por ejemplo, se enseña que los inconversos no son responsables ante esta ley de Cristo, que la fornicaria repudiada puede volverse a casar sin pecar, que el bautismo lava la relación adúltera, que todos los divorciados quedan libres para volverse a casar, etc. Muchísimas parejas que están mal delante de Dios se convencen con estos errores porque son doctrinas de conveniencia.

    G. Error enseñado sobre la deidad de Cristo. Una doctrina falsa pero popular es que cuando Cristo vino a la tierra, se despojó de sus atributos divinos o que nunca los mostraba. Este concepto se basa en la interpretación errónea de Filipenses 2:5-8, “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Pablo no dijo que Cristo se despojó de sus atributos divinos, sino que “se despojó a sí mismo”, es decir, se humilló. Esta expresión se explica claramente en el mismo versículo (7), “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. ¿Cómo se despojó a sí mismo? Pablo mismo explica: lo hizo “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Todo el texto describe la humillación de Cristo cuando llegó a ser hombre y murió por nosotros.

    Cuando Cristo vino a la tierra El continuamente mostraba sus atributos divinos: era adorado, perdonaba pecados, aplicó a su Persona el nombre de Jehová (“Yo Soy”, Juan 8:58), dijo a Felipe, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9), mostraba su omnipotencia, su omnisciencia y otros atributos que pertenecen exclusivamente a Dios. Por eso, los escritores del Nuevo Testamento le llamaban Dios (Rom. 9:5; Tito 2:13; Hebreos 1:8; 2 Pedro 1:1; 1 Juan 5:20). Como Pablo explica en Colosenses 2:9, “En El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Nos urge oponernos fuertemente a cualquier doctrina que niegue estas verdades básicas de la fe.

    H. Error enseñado sobre Romanos 14. Este capítulo enseña que no debe haber división sobre las cuestiones de alimentos o la guarda de ciertos días, pero este texto no tiene nada que ver con el pecado o el error doctrinal. Algunos citan este texto para enseñar que los errores enseñados sobre el divorcio y nuevas nupcias o sobre la deidad de Cristo, etc. no deben afectar la comunión entre hermanos.

    I. Y, desde luego, aparte de estos muchos errores, tenemos que advertir y amonestar acerca de las obras de la carne (Gálatas 5:19-21). Es necesario denunciar la indiferencia, la desidia, la pereza y cualquier otro enemigo del alma.

Conclusión.

    A. Entonces, ¿qué haremos? Como dice Isaías 58:1,“Clamar a voz en cuello”. Como dice Judas 3, “contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”. Es necesario exponer el pecado y el error, siempre insistiendo en que el pueblo vuelva a Dios y su palabra. Efesios 4:3-6, “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu, una misma esperanza ; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre”. Hay solamente un evangelio puro y hay solamente un cuerpo, que es la iglesia (Efesios 1:22, 23), la que Jesús prometió edificar (Mateo 16:18) y que quedó establecida el día de Pentecostés (Hechos 2).

    B. También recordar siempre que la obra es de Dios, que la iglesia es de Cristo; por eso, “orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). “Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo que os conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (Efesios 3:14-16).

    C. Desde luego, todo cristiano tiene que estar alerta todos los días. Mateo 24:42, “Velad (estad alertas), pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”; Mateo 25:13, “velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora”; Mateo 26:41, “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”; 1 Corintios 16:13, “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”; 1 Tesalonicenses 5:6, “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”; 1 Pedro 4:7, “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”; 1 Pedro 5:8, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.

    D. En un sentido, pues, todos los cristianos hacen el papel de “centinelas”. Debemos exhortarnos los unos a los otros cada día. Hebreos 3:13, “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. Debemos amonestarnos siempre y cuando sea necesario. Romanos 15:14,“Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”. La palabra “amonestación” significa instrucción en la palabra uy también, cuando sea necesario, la reprensión. Por todo lado hay peligros. El pecado y el error destruyen el alma. Destruyen la iglesia.

    E. Sin embargo, sobre todo la lección es para ancianos, evangelistas y maestros. Deberían aprender lecciones importantes de lo que Dios dijo a los centinelas del Antiguo Testamento, observando lo que El esperaba de ellos. ¿Esperará menos de nosotros ahora?

    F. Muchos creen que el Dios del Antiguo Testamento era Dios cruel que sólo hablaba de castigar, y creen que el Dios del Nuevo Testamento es muy tierno y “puro amor”, pero Dios no cambia (Mal. 3:6). Hebreos 10:28-31 dice, “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Los que hacen el papel de centinelas deben recordar esto siempre.

Author: Partain, Wayne