“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.”
Satanás negó la posibilidad de que Job viviera de buenos motivos. Rehusó admitir que Job era sincero en su servicio a Dios. Esta actitud que Satanás manifestó con Job, la misma tiene para todo hombre (Apoc. 12:10). Es parte de su naturaleza. “Malas sospechas” caracterizan al hombre orgulloso (1 Tim. 6:4), y se refieren a nuestro tema del pesimismo. Pertenecen a las obras de la carne. Lo mismo que Jesús dijo a los mentirosos de Juan 8:44 se puede aplicar en este asunto. El diablo es padre de mentira, y ellos eran de su padre, el diablo. De igual manera, el pesimista es de su padre, el diablo.
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Luc. 22:31-32).
Al decir, “y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos,” Jesús expresa su optimismo con referencia al futuro espiritual de Pedro. Jesús ciertamente sabía de la traición venidera de Pedro (22:33-34), pero no se fija en el fracaso de Pedro (¡para no decir el dolor que traería a Jesús!), sino en el arrepentimiento de Pedro. Este es el optimismo. La actitud de Jesús hacía Pedro, también la tenía hacía todos los discípulos. Afrontado por la dispersión venidera de los doce apóstoles, Jesús ve más allá del fracaso de ellos y habla de la reunión de él con ellos en Galilea después de su resurrección (Mar. 14:27-28). Comiendo la pascua con ellos, Jesús predice que los doce serán “esparcidos cada uno por su lado,” dejando al Señor solo (Juan 16:29-32). Pero les asegura, “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz…confiad” (v. 33). Días después, cuando los doce se hubieran arrepentido, volverían a recordar el optimismo de Jesús y su confianza en ellos. Les daría una paz inefable.
Mark Reeves
Mark Reeves es evangelista en la iglesia de Cristo que se reune en Long Beach, CA