Prosiguiendo a la meta: ¿Qué es ser un cristiano?

Introducción

El ser cristiano se determina no por lo que el hombre diga, o sienta, sino por lo que nuestro Dios dice en su palabra. La palabra cristiano se encuentra solamente en tres versículos del Nuevo Testamento; estaremos estudiando estos versículos para determinar lo que es ser un cristiano. El propósito de esta lección es no sólo para tener el concepto correcto de lo que es ser cristiano, sino para que nos examinemos a nosotros mismos para ver si nosotros lo somos, para que hagamos los cambios necesarios y vengamos a ser en verdad unos cristianos.

I. Un cristiano es un discípulo de Cristo. ¿Cómo lo podemos saber? Eso es lo que dice la Biblia: “…Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” (Hechos 11:26).

    • 1) Su palabra es verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
      2) Es de provecho para nosotros. “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:14-17).
      3) Es poder de Dios para salvar. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16).
      1) El aprendió la obediencia. “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8).
      2) Debemos de obedecer a Cristo. “Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9).
      1) Hay religiones y hombres que tienen sus discípulos: M. Lutero, J. Calvino, Gamaliel, etc.
      2) Nosotros no somos discípulos de los hombres. “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10).
      3) Nosotros sólo seguimos a Cristo porque “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
      4) Si usted no es un discípulo de Cristo, usted no es un cristiano.
  • A. Un discípulo es uno que aprende de otro. Nosotros necesitamos permanecer en las palabras de Jesús para ser sus discípulos: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32).
    B. Aprendamos de Cristo. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28-29).
    C. ¿Es usted un discípulo de Cristo? Si no lo es, entonces, ¿Qué es usted? La Biblia dice que los primeros discípulos perseveraban en las enseñanzas del Señor: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42).

II. Un cristiano es uno que se persuade. Es lo que la Biblia nos dice: “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28). Es una persona que se persuade de que Dios es el Dios vivo y verdadero. Pablo vio la ciudad de Atenas entregada a la idolatría. Tenían imágenes, estatuas de hombres grandes y famosos.

    A) También vio un altar para el Dios no conocido y trató de persuadirlos (Hechos 17:16-34).
    B) Persuadido de que Cristo es Dios: “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16). Que es Emanuel, Dios con nosotros: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:23).
    C) Podemos ver al Padre en él. “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14:9) “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18).
    D) Persuadido de que su palabra es verdad: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Y que debemos de obedecerla. “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas” (Santiago 1:18).
    E) Pablo fue persuadido. “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12).

III. Un cristiano es uno que sufre, que padece: “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello” (1 Pedro 4:16).

      • a) Para que nosotros podamos consolar a otros. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación” (2 Corintios 1:3-7).
        b) Para que confiemos en Dios. “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte” (2 Corintios 1:9-10).
        c) Para que apreciemos lo que tenemos, demos gracias, siendo agradecidos. “cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos” (2 Corintios 1:11).
    • 1) Sufriremos por la familia, esposo(a), amigos. Si le negaremos, nos negará (Mateo 10:32-38).
      2) ¿Por qué Pablo no se avergonzó del evangelio? Porque era un cristiano. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16).
      3) ¿Por qué permite Dios que suframos? (2 Corintios 1:3-11) Hay tres razones por las cuales Dios lo permite.

  • A. Nosotros vamos a sufrir como cristianos, y por ser cristianos. “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12). “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).

Conclusión

¿Es usted un discípulo de Cristo? ¿Se ha usted persuadido que sólo hay un Dios vivo y verdadero? ¿De que Cristo es el Hijo de Dios? ¿De que tenemos que padecer como cristianos? Pero Dios quiere que suframos sí, pero no por el pecado, ni por el error, sino por ser cristianos. “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16). Si usted no es un discípulo de Cristo, si usted no se ha persuadido, ¿lo quiere hacer hoy? Le diremos como a Saulo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hechos 22:16). Estamos aquí para ayudarlo, díganos qué podemos hacer. Venga a ser un verdadero cristiano, ésa es la voluntad de Dios. “Y Pablo dijo; Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas” (Hechos 26:29).

Juan Antonio Salazar

Juan Antonio Salazar es evangelista en la iglesia de Cristo que se reune en Arlington, Texas en la esquina de Milby y Pecandale

Author: Salazar, Juan Antonio